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La música clásica en el siglo XXI (por Pablo Bardin)

Estamos en la segunda década del siglo XXI y el mundo de la música clásica vive una extraña coexistencia de estilos sobreabundantes y profundamente diversos. Varias etapas de la Historia de la Música se superponen en las creaciones actuales como nunca ocurrió antes. Aquellos que están en la más extrema vanguardia encuentran que es cada vez más difícil hacer algo genuinamente nuevo pero también duradero, y remedan innovaciones que ya han sido inventadas antaño. Las vanguardias de posguerra eran realmente creativas, más allá de que pudieran gustar o no; las actuales no lo son.

¿Qué sucedió desde el final de la Segunda Guerra Mundial? Hagamos un repaso: a) Se experimentó largamente con la música electroacústica a través de varias etapas tecnológicas, pero no se producen obras maestras pese a que por primera vez todos los sonidos del espectro audible están a disposición del compositor. Autores como Stockhausen o Nono logran, sin embargo, resultados interesantes. b) Los seguidores de la música serial no muestran la calidad de sus fundadores (Schönberg, Berg, Webern). c) El neoclasicismo da un canto de cisne admirable con La carrera de un libertino de Stravinsky hace ya más de sesenta años. d) La Escuela Polaca, con Penderecki a la cabeza, explora a fondo el parámetro nuevo del sonido en sí mismo, pero tras unos quince años se agota. e) El último gran émulo del neorromanticismo, Rachmaninov, muere en 1943. f) Sobre una base tonal, pero con armonía moderna amplificada, hay grandes creadores como Britten, Prokofiev o Shostakovich. g) Usando elementos simplísimos apenas variados, nace el minimalismo de Glass, Reich y Adams, en una búsqueda repetitiva de un nirvana sonoro. h) Otros optan por un dadaísmo trasnochado, como John Cage. i) En diversos países persisten maneras nacionalistas de sentir la música, generalmente combinando lo tonal con lo modal. j) Hay también tendencias cross-over, que mezclan lo popular con lo clásico. Y así podrían seguirse enumerando otros aspectos de un complejo panorama.

Pero también está sucediendo algo paradójico: surgen músicos de real talento y que se escuchan con placer, pero cuya creación parece ajena a este mundo de continuo avance tecnológico. Creadores que revalorizan un ámbito sonoro donde cuenta más la sensibilidad que la especulación cerebral, donde importa sentir y expresar, donde esos parámetros esenciales, la melodía y la armonía, recobran sus derechos. Ello, sin embargo, en un marco de equilibrio y solidez técnica.

Gustavo Fedel se encuentra en esa línea creativa de síntesis entre el corazón y el cerebro, donde la inspiración todavía cuenta y la pesada teorización es relegada. Hay una nostalgia de los valores tradicionales en él y en muchos otros autores contemporáneos que también se nota en las artes plásticas, luchando contra las instalaciones y los bluffs promovidos por los marchands.

Otras obras de Fedel que el autor de estas líneas conoce se relacionan con una manera muy propia de reflejar el mundo del tango desde una perspectiva clásica. Sin embargo, las obras incluidas en este CD toman un camino distinto. No se nota en ellas una perspectiva argentinista; su autor tiene, por supuesto, una formación occidental pero esta música podría haberse escrito en Canadá o en Suiza. Es culta e informada, pero ante todo resulta de una serena belleza, y es pertinente para su descripción la palabra elegíaca. Por lo demás se hace evidente la familiaridad del compositor con el piano, ya que es un ejecutante de muy atractiva expresión.

El programa del disco combina doce preludios para piano con varias obras breves escritas para violoncello y piano. Dado que los preludios son en general lentos y reflexivos, el autor ha creído conveniente alternar un grupo inicial de seis preludios pianísticos con la contrastante textura aportada por el cello y el piano, antes de incluir los restantes seis.

Escuche esta música siguiendo usted mismo su carácter: déjese llevar por sus atrayentes melodías, por su ambiente melancólico, por sus acompañamientos ricos en expresión. Busque un momento calmo y sin tensiones de su semana, imprégnese de este mundo ajeno a lo vulgar y al ruido.

credits

released May 1, 2016

Grabado en Estudio EPG, Buenos Aires, 2015, en un piano de cola Gerh Steinberg. Técnico de grabación: Martín López. Masterización: Estudio LC. Ingeniero: Arturo Lamm.

Los Preludios para piano Nº 3 a 12 han sido dedicados a Mónica Pironio.

Fotografías: Romina Lukman
Producción gráfica: Germán A. Serain

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Gustavo Fedel Buenos Aires, Argentina

Gustavo Fedel: Compositor, director, arreglador y pianista nacido en Buenos Aires, Argentina.

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